miércoles, 15 de febrero de 2012

Los coches de mi infancia


El otro día en el parking del Mercadona al coger el coche para ir a casa vi que enfrente mío había "algo" que hacía tiempo que no veía. Era un Opel Omega de primera generación. Aparcado con su presencia solemne, de color granate y que a pesar de tener más de 20 años parecía recien salido de fábrica. Me quedé un rato mirándolo porque me trajo muchos recuerdos de mi infancia. Recuerdo tener uno de juguete de color verde oscuro con el que jugaba horas y horas con mi hermano en el tapiz y en el garaje de plástico de cuatro o cinco plantas que nos traían los reyes magos.

Durante mucho rato me dejó pensando en cuáles fueron los coches de mi infancia, con cuáles soñaba poder conducir algún día, qué modelos influenciaron en bastante medida sobre mí.
Obviamente Opel ha sido mi marca predilecta desde que tengo uso de razón.


Recuerdo de pequeño ir por las mañanas a clase y ver aparcado un Senator igual que este. Me parecía enorme y no comprendía como su dueño podía manejarse con él por las calles tan estrechas de mi barrio. Al mirar por dentro me impresionaba la cantidad de botones que podía llevar y ya entonces comprendía que quien lo tenía debía de ser alguien bastante rico.
Después de muchos años sólo he conseguido tener un catálogo original y una prueba en una revista del año 86 en donde me enteré que fue coche oficial de senadores y ministros...
Sueño algún día poder tener uno.



Dejo para el final el coche que más sentimientos encontrados me producía. Se trataba de la primera generación del Vectra, al principio no lo soportaba, no se porqué pero le tenía manía. A mi padre le encantaba. Dentro de mí se debatía el odio irracional y que nunca comprendí hacia él y por otro lado el que era un Opel y que debía gustarme.
Recuerdo un buen día, en esta misma casa en que vivo, entrar a la cocina y decirle a mi padre que por fin me gustaba el Vectra, y era cierto. Más concretamente fue al ver uno de color negro y en acabado GT (deportivo para el que no entienda) el que me hizo cambiar repentinamente de opinión. Desde entonces indistintamente de la generación que sea es un modelo que me gusta, y desde el año 2002 hay uno en casa, que por cierto quien lo elegió desde el color hasta la motorización fui yo. Cada vez que lo llevo, al sentarme detrás del volante me produce una sonrisa y recuerdo con cariño el momento en el que me cambió la opinió hacia él.

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